LA REMOLACHA

La remolacha es de esos alimentos que a nadie deja indiferente: o te encanta o no puedes con ella. Como el arroz con leche, nadie te dice bueno...no sé... La respuesta es categórica: me apasiona o me horroriza.

Es verdad que muchos de nosotros sólo conocemos la remolacha envasada al vacío que encontramos en los supermercados y ni siquiera nos fijamos que entre las verduras de repente hay remolachas frescas. Y tengo que decir que no tienen nada que ver. Podemos hacer de todo con ellas. ¿Has probado a asarla en el horno envolviéndola con papel vegetal o albal como si fuera una patata? Espectacular.

REMOLACHA ASADA AL HORNO

Recortar un cuadrado de papel vegetal o de aluminio y colocar la remolacha sin pelar, lavada y entera en el centro. Rocíar con un poco de aceite de oliva virgen y espolvorear de sal. Cerrar bien el envoltorio y meter en el horno precalentado a 180ºC durante 1 hora (aprox.) hasta que al pincharla con un palillo veamos que está tierna. Sacar y pelar con cuidado.

Una vez asada córtala en rodajas muy finas, espolvorea con sal y pimenta, rocía con aceite de oliva virgen extra y ya verás qué delicia. También se puede preparar una vinagreta y aliñar.

REMOLACHA ASADA CON VINAGRETA DE CEBOLLETA

¿Prefieres freír la remolacha y hacer unos chips que seguramente no llegarán ni a la mesa?

CHIPS DE REMOLACHA

Lavar las remolachas, pelar y cortar en láminas muy finas. Dejar secar sobre papel absorbente. Freír en abundante aceite caliente unos minutos.

La remolacha también se cuece en agua para luego elaborar sopas calientes en invierno o cremas frías en verano (prometo receta). Se cuecen enteras, con piel para que no pierdan los jugos y el color y se pelan una vez cocidas.

No debe faltar una receta para conservar la remolacha y tenerla siempre a mano para alguna ensalada.

CONSERVA DE REMOLACHA EN VINAGRE

de hierbas y especias

Cortar la remolacha cruda en láminas finas.

Poner el vinagre en un cazo junto con los demás ingredientes y 1/2 lt de agua y llevar a ebullición. Cuando empiece a hervir, apagar el fuego. Dejar enfríar y pasar por un colador o estameña.

Colocar las láminas de remolacha en los tarros previamente esterilizados. Cubrir con el líquido de cocción. Cerrar herméticamente y hacer el vacío.

Etiquetar y almacenar.

Os animo a probar esta hortaliza cuando la veáis en el mercado. Cruda es de los mejores reconstituyentes que podemos encontrar. Perfecta para combatir la anemia por su alto contenido en hierrro. 

Sólo hay que tener cuidado de no teñirlo todo de rojo betabel.